miércoles, 12 de agosto de 2009

La citadelle

Nunca conté la historia de mi ascenso a La Citadelle. Quizás me embullé cuando vi como Fidel escaló al corazón de los paraguayos, en días recientes. Son dos cimas bien distintas, pero ambas aún más altas que las nubes. Solo con el infinito que uno guarda en el pecho se las puede conquistar.

DOS CIMAS MUY ELEVADAS

El rey Henry Christophe había encargado construir una monumental fortaleza en uno de los picos más elevados de Cabo Haitiano. Perseguía persuadir a los franceses de no volver a atacar a Haití. Mas, no podía ocultar su empeño de proteger la vida propia. Y hasta consiguió, más de dos siglos después, disuadir a cualquier turista que se apreste a subir a pie.

Sin embargo, entre los internacionalistas cubanos diseminados por esa nación se repite una sentencia: si vienes a Haití y no subes a La Citadelle, es como si no hubieras venido. Sería como ir a Francia y no visitar la torre Eiffel, o a Venezuela y no llegar donde la estatua de Bolívar.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

esta es una buena información. buen trabajo Patrice

Anónimo dijo...

Que bueno

sybille dijo...

Me gustaria visitar a la Citadelle !